anteroom of death

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jueves, 24 de marzo de 2011

El clan

Vivo en un laberinto entre sombras 
en donde solo busco la paz, 
sólo busco la oscuridad 
que ha de esconder mis sentimientos 
y ha de acompañarme en mi soledad.

 Entré despacio, pues no tenía prisa alguna. Ante mí estaba un gran recibidor, todo de colores rojo y negro, buen gusto, me dije para mí. Los sofás eran de color negro mientras que las paredes eran rojo sangre. Había unas lámparas con una luz muy tenue, lo que hacía el lugar más encantador, por lo menos para un vampiro. Me senté en uno de esos sofás para ver si alguien venía a recibirme. Era bastante cómodo y cuando me había acostumbrado a su confort una mujer pasó  por delante.

- Bienvenida - me dijo aquella mujer - me llamó Marina Detare, siento que Sybelle no pueda darte la bienvenida pero está en una reunión importante con otro clan.

- Hola - dije mientras que me levantaba de la cama- encantada, yo soy Amaranth. Tenéis un hogar muy bonito, tenéis mucha suerte de tener algo así.

- Pues esto no es nada - dijo riéndose - sígueme y verás el resto. Se dirigió hacia un pasillo y paso seguido fui yo.

Dejamos atrás el recibidor y pasamos a un pasillo. Este tenía el suelo de mármol grisáceo-blanco y las paredes de madera brillante cubiertas de una fina capa de pan de oro. En el centro había unas escaleras que se bifurcaban, una hacia la izquierda y otra hacia la derecha.

- A la izquierda está la sala de juegos, algunas habitaciones de los pertenecientes al clan, el gimnasio, la sala de fiestas y la escuela. A la derecha también hay otras habitaciones y los baños turcos y sauna. Aquí estarás como en tu casa, ya lo verás. Ahora te mostraré tu cuarto, no te pierdas.

Subimos las escaleras y escogió el camino de la derecha pasamos un par de habitaciones y luego se paró delante de una puerta de cedro negra. 

- Aquí es - me dijo y abrió la puerta - Espero que sea de tu gusto, Sybelle lo ha preparado todo para que estés lo más cómoda posible. Si te falta algo ya sabes, tan sólo dinoslo. 

- Claro, sin problema - Entro en la habitación y veo la distribución del habitáculo. Había una cama de matrimonio del s. XIX, un par de lámparas y un armario grande. Junto al armario había un cuarto de baño que parecía bastante grande desde fuera. Me dirijo hacia Marina - Ahora, si no te importa me gustaría descansar un rato, estoy un poco cansada del viaje.

- Claro, sin problema. Luego te enseño la parte de abajo y la del bosque, verás que una vez que te lo enseñe todo no querrás irte - sonrió - Que descanses, hasta luego - desapareció en menos de un segundo y cerré la puerta para tumbarme en la cama.

No estaba cansada, sólo necesitaba pensar en lo que supondría un nuevo lugar y conocer a nuevos seres de mi especie. ¿Qué me depararía en los días siguientes en un lugar tan excepcional como este? ¿De verdad podría conseguir respuestas en este insólito  lugar? todo eso era lo que me preguntaba y mi cabeza no dejaba de pensar.