anteroom of death

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sábado, 29 de enero de 2011

Anteroom of Death

I feel inmortal,  
I am not scared, no, i'm not scared,
I feel inmortal,
when I am there, when I am there



 Hace 3500 años:

Era una noche fría y oscura cuando yo volvía a casa después de un largo paseo invernal. Llevaba mucho tiempo pensando en dejar a mi familia pues querían un destino que no era compartido por mi: el casamiento. La edad que tenía, una edad que ya aunque quisiera no podría acordarme, era la perfecta para la unión con otra persona, en este caso, con un hombre mucho más mayor que yo que libraría de muchas cargas a mi familia. Esto es lo que me hizo estar durante el último mes dando paseos cada dos por tres cuando no estaba ayudando a mis padres. Y es que tenía una duda existencial: si me casaba, estaría ya destinada, de por vida, a la vida privada del hogar, al cuidado de los hijos y una serie de cosas a las que las mujeres estaban destinadas, por así decirlo y esto significaba que no podría vivir experiencias, viajar por el mundo, etc. Por otro lado, si no me casaba, sería para mi familia una desgraciada que traería deshonra y muchos problemas.
 Así pues, esa noche era una como cualquiera de las anteriores, siempre pensativa, y siempre en lo mismo. Sin embargo, esa noche pasó algo que nadie se podía esperar y que me abrió una nueva vida, aunque para otras personas fuera una condena.
 Iba caminando tranquilamente y pensativa hacia mi hogar por la avenida principal de la ciudad cuando noté que una sombra estaba detrás de mí. Instintivamente, comencé a andar más deprisa e intenté dar esquinazo a esa sombra desconocida  que parecía seguirme, metiéndome en una callejuela poco iluminada. 
 Si, lo sé fui una estúpida, estúpida por meterme en un sitio mucho más oscuro en donde no se veía ni donde se pisaba pero fue esa estupidez la que me hizo renacer de nuevo.
Seguí andando deprisa y alguna vez miraba hacia atrás para ver si alguien me seguía. Claro, al estar oscuro pues no vi que había una piedra y tropecé. Ese fue el momento que mi atacante aprovechó.
 Tirada en el suelo, me cogió y me dio la vuelta para que pudiera ver quien era. Sin embargo, la oscuridad solo hizo que viera sus ojos rojizos. Yo aunque estaba asustada, no grité porque algo en mi interior decía que esto me iba a cambiar la vida. Y mucha razón tenía pues cuando menos me lo esperaba esa persona desconocida empezó a acercarse. Lo noté porque su pelo empezaba a caer sobre mi piel y sus manos, frías como el hielo, comenzaron a separarme el pelo del cuello.
 En cuestión de segundos, sentí un dolor muy intenso que me hizo estremecer de terror. En ese momento, chillé todo lo que antes no pude. Notaba cómo un líquido empezaba a salir y recorría mi cuello. Era mi sangre. Aquella persona desconocida estaba alimentándose de mí, pero, ¿por qué? Poco a poco mi corazón latía más lentamente, mi vida se iba apagando, mis sueños se habían terminado cuando aún ni siquiera habían comenzado, hasta que finalmente se terminó todo. 
O eso pensé.
Pues al poco tiempo, no sabría decir cuanto, mis ojos se abrieron. El lugar donde estaba no me era conocido, pero me sentí viva de nuevo. Cuando me desperté, me incorporé del lecho en el que me habían colocado aunque con un poco de dificultad porque el dolor del cuello no había cesado. Tenía dos marcas profundas en un lado y sangre seca alrededor. Me dirigí a lavarme los restos de sangre y a buscar algo para taparme lo del cuello.
Cuando estaba revolviendo toda la habitación, una mujer apareció. Dicha mujer vestía un largo vestido rojo, tenía los ojos rojizos, el pelo oscuro y la tez muy blanca.
    - Buenas noches - me dijo la extraña - veo que ya has despertado. Temía por tí.
    
    - ¿Quién es usted? - la pregunté extrañada - y, ¿qué hago aquí?
    
   - Soy tu maestro, por decirlo de alguna manera. Estás aquí porque he decidido darte una oportunidad única. Te estaras preguntando por qué tengo los ojos así y la tez tan blanquecina, ¿verdad? La respuesta es sencilla, soy un vampiro. El primero y único que queda aún con vida. Me llaman Lilith, pero puedes llamarme Lil.
    
    - ¿Entonces, estos agujeros significan lo que creo que significa? - la preguntó alucinada.
    
    - Exactamente. Ahora formas parte de los no muertos, estás muerta pero a la vez viva. El único inconveniente es que no podrás alimentarte como antes y no podrás ver a tu familia, porque ellos creen que te asesinaron. Así comenzaras una nueva vida, tal y como deseabas.
    
    -¿Cóm..? - no pude terminar la frase de lo estupefacta que me quedé en ese momento. ¿Cómo sabía aquella mujer lo que yo deseba?
    
    - No te preocupes, ya te enseñaré todo lo que necesitas para sobrevivir en este mundo, nuevo para tí, ahora deberías descansar porque va a amanecer pronto y eso no es algo que nos guste especialmente.
    
     -¿Por qué? - pregunté.

La mujer rió - pues porque nos desintegraríamos ya que en parte estamos muertas. Ahora ve a descansar ya te diré el resto mañana. ¡Buenas noches! - me dijo aquella mujer antes de que se fuera.
Asique era un vampiro. Una nueva vida. Una nueva vida en la que no temería más a la muerte porque ya estaba muerta. Una vida en la que ya no tendría que pensar que hago o no hago por no deshonrar a nadie y por seguir la mecánica de mi género. Una vida nueva en la que me sentía inmortal.

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